lunes, 9 de noviembre de 2009

Camarón que se duerme...

... se lo lleva la corriente. O eso ha querido decir el marido de Máxima Zorreguieta, a la postre futuro heredero de este país en el que vivo, S.A.R. Guillermo Alejandro de Orange-Nassau.

Pero algo se ha perdido en la traducción, que lo ha llevado a soltar la chorrada del siglo: Camarón que se duerme se lo lleva la chingada.

Por eso, como hispanoparlante que mis compañeros saben que soy y a la vista de que los periódicos difícilmente han sabido traducir la expresión (y mucho menos el refrán orignal), llevo una semana explicando en cada esquina las palabras en cuestión. Así que hoy me quiero desahogar.

Y no es que yo tenga muy claro a qué se refiere "la chingada" en México, puesto que si chingar es joder, la chingada sería la jodienda, lo que finalmente en España no dejaría de ser una palabra simpática sin mayor trascendencia. No obstante, efectivamente, si lo dijera un príncipe heredero en un discurso oficial en el Parlamento, sería objeto de toda mofa durante mucho tiempo (pienso en el Gran Wyoming y monologuistas refiriéndose al momento en cuestión). Pero nada más.

Sin embargo, aparentemente en aquel país esas palabras son censurables y la cuestión es que por este país de aquí no entienden cómo el marido de una mujer argentina (que se entiende, habla español) ha podido acabar cometiendo semejante afrenta. Yo, por mi parte, no entiendo cómo alguien puede acabar pensando de ese modo (que el marido de una mujer hispanoparlante no hable bien el español) si la mujer se dedicará a sus cosas y el muchacho para aprender el idioma (si es que quiere) se pagará sus tutores privados. Y yendo más allá, tampoco puedo entender cómo un traductor puede acabar incluyendo en un discurso Real una expresión tan popular y cagarla de semejante forma. Porque si conoces el dicho... ¿cómo puedes no conocer el final? ¿O habrá tirado de algún libro de frases hechas? En fin, mentalidad holandesa... imagino.

Simplemente para acabar esta reflexión y abrir un nuevo posible camino para mi futuro, quiero dejar patente y hacer pública mi más que sincera disposición para con la familia real holandesa, de modo que puede contar con mis servicios como traductor cuando les salga de los bombones (¡yo también se cambiar finales de frases hechas! y encima riman en consonante).

1 comentario:

  1. Acabo de leer el artículo de referencia, seguro que le han gastado un broma (el humor holandés es así, no hay nada que les mole más que te pongas en ridículo!), tienes razón, el holandés de Máxima es increible, casi de matrícula de honor con lo difícil que es!

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