viernes, 7 de agosto de 2009

Salir

Esta semana he salido dos veces a tomar algo con compañeros de trabajo. El sábado fui a Ámsterdam, a un bar que se llama El elefante verde (lamentablemente, no me acuerdo de su nombre en holandés), en el sur-este de la ciudad. Allí estuvimos sentados en una terraza, tomando unas copas y charlando, al lado de un canal. Mientras estábamos allí empezó a llover, paró, volvió a llover... lo normal, vaya. Y nadie se inmutaba. Por supuesto, nosotros tampoco.

Cuando le entró el hambre a uno de ellos, uno propuso un restaurante que se llama Manolo, situado en pleno centro, al lado de la estación central. Decía que lo conocía y que había comido bien otras veces en él, pero que quería saber si realmente aquello era típico. Así que allá fuimos y lo primero que me encontré al pasar la puerta fue la maqueta de la foto. Y sí, la comida era "a la española".

Pero no fue la primera sorpresa de la tarde/noche, porque resulta que ese día se celebraba el día del orgullo gay. Y aquí los desfiles son... ¡por los canales!. En vez de carrozas, engalanan los barcos, ponen altavoces a todo dar y se visten con camisetas rosas. Además, en varios rincones (ojo con los pensamientos), montaron pequeños palcos en los que tocaban música en directo y animaban al personal. La verdad es que era una fiesta con mucho movimiento (otra vez, ojo con los pensamientos) y todos (gays y no gays) se lo estaban pasando bien. Con todo, lo que para aquí constituye una aglomeración, tampoco es que llenara las calles demasiado. Nosotros solo atravesamos el cotarro para llegar al restaurante y no tuvimos que esperar a que nadie se apartara para poder pasar.


Con las coñas, y después del correspondiente paseo por el barrio rojo, al filo de la media noche nos fuimos a casa (cada uno a la suya). Yo pude coger el tranvía que todavía funcionaba así que aún no he probado los buses nocturnos.

Por otra parte, ayer salí por el pueblo donde vivo. Aparentemente, aquí las salidas (y no hablo de mujeres efusivas, sino del concepto de salir a tomar algo) consisten en ir a ocupar sitio en una terraza. No pasa nada, que con el calor que hizo ayer se aguantaba bien. Pero además, entre refresco y refresco, se cena, se arregla el mundo... Muy bien todo, vamos.

Lo mejor de todo fue que, para volver a casa, con mi contentillo, pude usar la bicicleta. ¡Qué gozada no tener que conducir!

4 comentarios:

  1. Yo creo que sé decir El Elefante Verde en neerlandés: Die Groen Eelleephaant (espero no haberme comido ninguna letra xD).

    Y sí, es neerlandés, no holandés: http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_neerland%C3%A9s

    Debería darte vergënza no distinguirlos a estas alturas...

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  2. Bueno, si nos ponemos tiquismiquis, yo también sé:

    Sé que el nombre oficial del idioma es neerlandés, pero ellos mismos lo llaman holandés, igual que llaman Holanda al país y no Países Bajos.

    Además, si miras el artículo al que tú mismo apuntas, tienes un precioso apartado que dice que es correcto. Y si no te vale, recuerda que yo estoy en la provincia de Holanda Septentrional, donde se habla el dialecto holandés del neerlandés, en cualquier caso.

    Y por cierto, la diéresis de "vergüenza" va en la u, no en la e. ¿Quién debería tener vergüenza ahora? ;-)

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  3. Ah, ¡y gracias por el apunte del Elefante Verde! Cuando el compañero con el que fui al sitio vuelva de vacaciones, lo confirmo.

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  4. Lo de vergüenza es por peculiaridades del teclado con el que trabajo... y lo de El Elefante Verde, lo dije de coña, pero según el traductor de google no estaba tan lejos: De Groene Olifant

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