Fin de año... fiscal, en este caso.
Para celebrar tan marcado acontecimiento, la empresa ha organizado una fiesta al modo de fin de año natural: música, carpa, alcohol...
Aunque eso erá a la noche (que para ellos empieza a las 17:00h, claro). Pero durante todo el día, tenemos a nuestra disposición una suerte de carreta (como las que van por las fiestas en España y venden churros), que vende oliebollen y appelflappen.
Por lo que parece, estos pasteles cubiertos de azúcar (algunos con manzana, pasas y salsa de cinamomo) son típicos del fin de año normal (el 31 de diciembre), y de ahí que se estiren y nos los den gratis, a modo de analogía. Afortunadamente, este circo solo ocurre una vez al año.
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