domingo, 19 de julio de 2009

El tren a Tilburg

Este fin de semana he aceptado la invitación de un amigo para ir a visitarlo a Tilburgo (Tilburg, en versión original). Con ello, aparte de reencontrarme con él (con mi amigo), conocer una nueva ciudad y una nueva zona de los Países Bajos, he descubierto cómo funciona el ferrocarril en este país. Si me conoces un poco sabrás que el mundo del tren me fascina desde pequeño y que también es el medio de transporte que más me gusta, con diferencia. Por eso no he podido resistirme y hoy voy a comentar mis experiencias en él.


La compañía que lleva el servicio tiene el detalle de llamarse Nederlandse Spoorwegen. Pero afortunadamente, no hace falta saberse nada más que las iniciales, NS o ni eso, porque solo existe ella. Vamos, como nuestra RENFE. Además, su color es el amarillo, así que tampoco es difícil saber dónde tienen oficinas o máquinas expendedoras.

Inicié mi recorrido en la estación Amsterdam Zuid. Está en pleno centro financiero de Ámsterdam y decidí darme un garbeo por allí antes de coger uno de los posibles trenes que podían llevarme a mi destino. Ahí se concentran grandes compañías en enormes edificios de cristal, todos modernos, con grandes plazas, farolas y mobiliario urbano de diseño... así que esperaba encontrarme bastante gente aunque fuera fin de semana. Pero no.

Y la primera sorpresa del fin de semana surgió según llegué a la primera plaza. Había un par de estatuas a medio construir de dos leones que me recordaron a los que custodian la escalinata del Congreso de los Diputados en Madrid. Cuando me acerqué a ellos pude leer en el frontal de su pedestal, claramente, "Fundido con cañones tomados al enemigo en la Guerra de África en 1860". En el lateral ponía el nombre de la función y su ubicación: Sevilla.

Aunque me había mirado ya los recorridos, horarios y paradas a través de la web ns.nl, me fui hasta la ventanilla de información a comprar el billete y asegurarme de que los datos que llevaba iban bien. Resulta que puedes comprar un billete de fin de semana, que te permite moverte por cualquier tren entre las estaciones que elijas, en cualquier horario, entre el viernes y el domingo, así que eso te da mucha flexibilidad.

En cualquier caso, y volviendo al tren, tuve que utilizar dos tipos de tren que tienen aquí. El primero de ellos fue un Intercity. Los Intercity unen grandes poblaciones con una frecuencia de unos 4 trenes cada hora, parando solo en las estaciones más importantes. Los que cubren la línea Schiphol - Einhoven son de dos pisos, a los que se acceden por sendas escaleras desde la puerta del vagón. Tienen asientos individuales agrupados de 4 en 4. Además, cada vagón tiene una parte de 1ª clase y otra de 2ª separadas por una puerta de cristal, pero no aprecié diferencias entre ellas (efectivamente, yo iba en 2ª). La ida la hice en el piso de abajo porque había menos gente que en el de arriba. La vuelta fue en el de arriba y pude comprobar que se tambalea una barbaridad. En cualquier caso, es muy confortable.

En el transbordo que tuve que hacer en una estación de nombre impronunciable, 's Hertogenbosch, aproveché para comprarme un café en un quiosco que había en el andén. Allí podías echarle todos los condimentos que quisieras, que estaban en una mesa a la salida. No pude pensar en lo que durarían en España unas cajas llenas de azúcares de varios tipos, chocolate, etc. en una mesa al aire libre. El caso es que llegó el que tenía que esperar, que en este caso era de tipo Stoptrein, que en la web lo llaman "Local train". Este tipo de trenes parece más viejo que los Intercity y conecta poblaciones más pequeñas, parando en más estaciones. El que cogí en dirección a Breda tenía un único piso y los asientos eran más bien sofás con orejeras. ¡Pero qué gran detalle lo de las orejeras! En cuanto apoyé la cabeza en ellas me quedé adormilado de lo bien que la sujetan. El problema es que mi destino llegó en seguida y no pude aprovecharlas demasiado.

A simple vista, me pareció que el tren es un medio de transporte bastante importante en este país; tanto de personas como de mercancías. Hay cantidad de vías (siempre hay al menos dos en paralelo en cada trayecto, de forma que el tren que va en un sentido no tiene que esperar a que pase el que viene en sentido contrario, o viceversa), hay muchos cambios de agujas, en las estaciones que he visto siempre había hangares y vías muerta extra SIN hierba cubriendo los raíles... y todos los tramos tienen una catenaria electrificada, lo que indica que también apuestan por energías limpias. Además, en el camino me crucé con varios trenes que transportaban contenedores de los que suelen transportarse por barco, un tren de coches que iba vacío y un montón de trenes de pasajeros. Decididamente, me parecieron muchos trenes.

Además, las infraestructuras que vi también me llamaron la atención: puentes de mil formas sobre ríos, canales y carreteras, grandes y pequeños; estaciones llenas de vida, bien cuidadas, que no pude dejar de comparar con esas destartaladas casetas-apeadero que me vinieron a la memoria y que hoy en día se pueden ver en nuestro país, abandonadas, con un triste cartel a medio cubrir de musgo, anunciando el nombre de la población en que uno se encuentra; innumerables pasos a nivel con sus semáforos, señales, iluminaciones (en definitiva, bien balizados y operativos), tanto en encuentros con grandes carreteras como con caminos estrechos y sin asfaltar; vallas o muros protectores durante largos tramos del trazado a ambos lados de la vía con salidas de emergencia...

Resumiendo, todo un mundo bien cuidado y que ofrece un buen servicio; visto esto, cada vez me gusta más el tren. ¿Me entiendes?

3 comentarios:

  1. Vamos movíendonos, eso es bueno si señor, sobre todo si es antes de que llegue el frío y te apetezca estar cerca de casa jejeje.
    Yo aún recuerdo la impresión que me dió el tren a Londres desde Stansted...vas viajando mirando al paisaje a la derecha del tren cuando.... ZAS!!!! mega susto.... ¿porqué? pues sencillamente pasó un tren en sentido contrario... ah vale, que eso no es motivo suficiente por si solo... pues añado entonces que pasa un tren a una cuarta más o menos del otro... y encima haciendo un sonido fuerte!

    En el metro otro tanto de lo mismo... el chasis del metro, a cosa de una cuarta de la pared del túnel! Por dios como ajustan las cosas por ahí jajajaj

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  2. @Iñaki> Sí, lo del ajuste del metro en Londres es cierto. Es como si se moviese a base de hacer el vacío en los túneles :-D.

    @Diana> ¡Qué bien! ¿No nos puedes contar nada sobre tus viajes e R-598?

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