lunes, 6 de julio de 2009

Mi casa... Teléfono...

Lo primero que me encontré al llegar a Holanda fue el aeropuerto de Schiphol. Es enorme y, cuando digo enorme, quiero decir que desde que bajé del avión hasta el lugar donde se recogen las maletas, tuve que caminar y caminar y caminar... Eso sí, cuando llegas a Compostela al lugar de recogida, las maletas ya están empezando a salir. Todo medido al milímetro. Y luego otra caminata importante para salir de la terminal.

Pero de lo que voy a hablar hoy, después del aeropuerto, es de lo segundo que conocí: mi morada.



Alquilo una habitación en una típica casa holandesa o, como dicen los lugareños, huis. Es una casita de planta baja + primera planta + ático. En la parte de abajo están la cocina y el salón. El salón ocupa la parte más amplia (como la mitad de la planta de la casa) y la cocina forma una protuberancia desde el salón, sin estar separados. También hay un aseo pequeñito y un mini recibidor. Sin duda, el espacio más amplio de la casa lo constituye el jardín, al que se accede desde el salón.

Ascendiendo el Annapurna Subiendo unas escaleras muy empinadas (pero MUY empinadas), se conquista llega a la primera planta. Ahí hay 2 habitaciones, un despacho y el baño. Coronando el Everest Subiendo otro tramo de escaleras (no puedo recalcar suficientemente que nunca he visto unas escaleras tan empinadas; ¡y encima son en curva!), se accede al ático. Casi todo el 2º piso lo ocupa una habitación grande. El resto es un desván y un hueco donde hay lavadora, secadora y tendedero.

Todavía estoy ocupando el despacho de la 1ª planta, aunque más adelante me mudaré a la habitación que dejará un inquilino actual. De momento tengo las maletas a medio desempaquetar (los trastos eléctricos ya están fuera, claro) hasta tener mi kamer. Tal vez algún día os hable de mis compañeros de huis.

Alrededor de la casa solo hay árboles, jardines, bicicletas y caminos para bicicletas. Bueno y pozas, lagos, charcas, canales y embalses donde habitan animales diversos, de todos los colores, entre los que el rey es el mosquito.

También hay tele en el salón.

Para terminar contaré un secreto: me inquieta que en el jardín de al lado exista una cama elástica, porque la frecuenta la niña más cotilla que conozco. Aprovecha las crestas en su M.A.S. para mirar lo que ocurre en mi cocina/salón/jardín. ¿A alguien se le ocurre alguna solución? Por cierto, un compañero de casa dice que a él la niña le parece tenebrosa.

9 comentarios:

  1. Yo mataría a la niña. Problema resuelto...

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  2. sería una buena hora de practicar el tiro al blanco....

    Yo las imágenes las cargo perfectamente en blogspot con el código html que me genera automáticamente (yo uso photobucket)

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  3. Ya veo que te handado ya soluciones a lo de la niña, asi que yo ya no digo nada :P Eso si. Si la niña es "tenebrosa" o te haces amigo de ella, o si te la cargas va a volver ... ya veras.

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  4. Jajaja, que bueno lo de la niña, a lo mejor vosotros también le resultais tenebrosos y por eso se asoma a mirar

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  5. Últimamente ya no se asoma... ni la oigo en la cama elástica. ¿Habrá entrado y leído el blog? O peor aún, ¿¡lo habrá intuído!?

    Espero que cuando vi a la gente de la casa entrando apiñados en un coche lleno de maletas se estuvieran yendo de vacaciones y de ahí la ausencia. ¿O es que ya han espiado todo lo que necesitaban y se han mudado a otra parte?

    ¡Ahhhhg!

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  6. Le das miedo... o quizas sus padres la han encerrado en el atico...ya sabes estas familias de Europa, la nueva moda...

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  7. Jaja, pero bueno, ¿aún no te has dado cuenta que los cotillas andan por cualquier lar? Y sino, ¿porqué los visillos holandeses sólo ocupan media ventana?

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  8. Jaja, pero bueno, ¿aún no te has dado cuenta que los cotillas andan por cualquier lar? Y sino, ¿porqué los visillos holandeses sólo ocupan media ventana?

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  9. Esos visillos que tú dices... es cierto; los hay :D ¡Pero ni abundan ni sirven para mucho! No los entiendo.

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